El canario cantautor.

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Influencia de los meses de voladero en el canto del canario

 

El tiempo pasa y los métodos empleados en la Canaricultura de Canto van evolucionando con una rapidez endiablada gracias a la cada vez mayor colaboración e intercambio de conocimientos entre los criadores. Por ese motivo se hace necesario actualizar este artículo para que siga siendo de utilidad a los canaricultores que se inician en el arte de la cría y selección del Cantor Español.

INFLUENCIA DE LOS MESES DE VOLADERO EN EL CANTO DEL CANARIO

El tema que vamos a tratar ha sido descuidado por la mayor parte de los canaricultores. El convencimiento de que el control de los canarios noveles debe comenzar cuando éstos se hallan en la jaula de concurso es la clave para entender el fracaso de gran parte de los aficionados, quienes culpan a sus ejemplares de no tener la calidad suficiente. Está más que demostrado el hecho de que los criadores son los culpables de la mayor parte de las circunstancias que llevan a la degeneración de una línea de canarios de alta selección, la explicación es sencilla, la calidad de los pájaros está, frecuentemente, muy por encima de los conocimientos de sus criadores.

 Todo canaricultor que se precie de serlo tiene que tener unos conocimientos básicos e imprescindibles sobre la raza que cultiva o desea cultivar. Estos conocimientos no se deben limitar tan solo a saber criar y preparar ejemplares para los concursos, el aficionado debe conocer perfectamente el Código de Canto, saber diferenciar cada uno de los giros que ejecuta el canario, conocer lo que motiva el canto y cómo se produce, la influencia de la genética, la morfología, la alimentación y del medio ambiente, saber realizar los cruces teniendo en cuenta las leyes de la Genética y, sobre todo, saber lo que se quiere. Tenemos que trazarnos una meta, crear nuestra propia línea de canto, una línea que se basará en el que para nosotros es nuestro canto ideal y que se conseguirá con años de trabajo y de selección de aquellos ejemplares que más se acerquen por su repertorio a esa línea ideal a la que queremos llegar.

Esos conocimientos básicos e imprescindibles se adquieren por medio del estudio de los múltiples materiales multimedia que podemos encontrar en Internet, de la experiencia y de los consejos de jueces y canaricultores más experimentados, que sin duda alguna accederán gustosos a enseñarnos aquello que saben. Los consejos son la fuente de información más importante para los nuevos criadores y dependerá de la cualificación del consejero que el principiante tenga mayor o menor éxito en sus primeros años de cría. Ni que decir tiene que el principiante tiene que comenzar su andadura en la cría deportiva adquiriendo los ejemplares de mayor calidad que pueda encontrar y siempre acompañados de su correspondiente planilla oficial, procurándose que el ejemplar tenga al menos ochenta y ocho puntos y carezca de cualquier posible defecto[1], asimismo exigiremos su pedigrí o árbol genealógico.

 El seguimiento de los pichones en el voladero tiene que hacerse por aquellos que tengan los conceptos sobre el canto del canario muy claros, de lo contrario se puede llegar a conclusiones precipitadas, erróneas, que den al traste con todos los esfuerzos dedicados en la crianza. Lo que pretendemos es ir más allá de detectar defectos en el voladero que se pueden escuchar a priori, tales como sonidos continuos, de ritmo impropio (precipitados o en el límite de la continuidad), estridentes, nasales, o rozados que rompen la línea melódica del repaso de nuestros jóvenes tenores, pretendemos llegar a descifrar las directrices del que luego será el canto ya cerrado y definido del canario adulto, el tipo de canto según el grupo de giros predominante en su repertorio, las voces y el tono, hallar los defectos que no se escuchan por no ser estridentes, pero que pueden hacer que todo un voladero se estropee por  no saber detectar a tiempo al ejemplar que empezó a darlo. En definitiva, es intentar adelantarnos al canario en su evolución, no es posible saber qué giros dará y cómo los dará, debido a los cambios que se producen en el repaso de nuestros ejemplares, pero sí llegar a saber si el canario va a tener una predisposición a hacer un determinado tipo de giros u otros y seguir la evolución que lo lleva de realizar un repaso barulloso e indefinido a realizar el bello y armonioso canto del canario adulto.

 Ya durante la misma cría habremos tratado de que los pichones no hayan escuchado el canto de los ejemplares adultos. Siempre he dicho que el criadero ideal constaría como mínimo de tres habitaciones o espacios insonorizados, el primero para las parejas de reproductores, el segundo para las nodrizas que sacarían adelante a los pichones (observar que de esta forma los pichones nunca oirían a los padres), y una tercera habitación para los pichones. No cabe duda de que tan sólo una pequeñísima minoría puede disponer en la actualidad de un criadero con estas condiciones. Las apreturas de la vida moderna nos pueden hacer sentirnos satisfechos si disponemos de una única habitación para los canarios y, en la mayoría de los casos, darnos con un canto en los dientes si disponemos de un balcón o terraza donde nos dejen tener los pájaros. La moderna canaricultura de canto exige poseer de un espacio del que la mayoría no puede disponer, de ahí que los criadores debamos aguzar el ingenio para solventar este problema. La mayor parte de los criadores dispone de un único y pequeño espacio en una habitación, terraza o balcón y después se arriesga a las iras familiares distribuyendo a los ejemplares adultos por el resto de la casa. Sin duda que nuestras familias merecen un monumento por aguantar y tolerar una afición que en muchos casos les resulta molesta (especialmente a primeras horas de la mañana y en época de vacaciones). Asimismo, tratamos de aprovechar la bondad de nuestros familiares y amigos para ocupar algún rinconcito de sus hogares y colocarles nuestros ejemplares adultos una vez terminada la cría. Realmente la práctica de nuestra afición puede resultarnos especialmente complicada, al menos si queremos hacer las cosas medianamente bien.

Nuestra habitación o espacio[2] deberá reunir unas características determinadas:

  • En primer lugar, la habitación tendrá una buena ventilación y una luz constante durante las horas diurnas; una luz no muy intensa que podremos regular mediante cortinas o persianas en función de las necesidades de nuestros ejemplares[3]. La carencia de ventilación podemos paliarla con un aparato purificador-ionizador de aire, en el mercado disponemos de diferentes modelos.
  • En segundo lugar, tiene que ser una habitación silenciosa a la que no lleguen sonidos excesivamente fuertes y en la que, sobre todo, no se oigan los cantos de otros canarios – propios o ajenos, o el degenerado canto de alguna canaria adulta -. Será conveniente dotar a la habitación de un hilo musical o, cuando menos, una radio conectada a un temporizador que la haga funcionar desde que salga el sol hasta que se ponga. La radio sintonizará preferentemente una emisora de música de esa que coloquialmente denominaríamos relajante, de ritmo pausado y carente de cambios bruscos de tono y/o ritmo y con ausencia total de sonidos de la naturaleza susceptibles de ser imitados por nuestros canarios (sonidos de agua o cantos de pájaros). La música dificultará que los pichones escuchen sonidos externos y posibilitará que los pollos de cada voladero saquen su propio canto sin copiar de los ejemplares de otros voladeros, de repaso más fuerte o más avanzado. Algún compañero de Harzer-Roller ha llamado a esto “efecto voladero”. He de manifestar que, si bien recomiendo la existencia de la “barrera acústica musical”, es preciso tener mucho cuidado con ella, el volumen no debe estar ni muy alto ni muy bajo; en el primer caso incitaría a nuestros canarios a cantar con una intensidad demasiado elevada, buscando imponerse al sonido de la música; en el segundo porque podría resultar insuficiente para lograr el efecto deseado. El tema de la barrera acústica depende también de las características particulares de nuestros canarios. Existen ejemplares capaces de copiar de otros voladeros a pesar de esta medida y otros que ni siquiera precisan de la música para seguir la evolución de su canto sin injerencias ajenas a su voladero (yo mismo crié durante muchos años en un balcón cerrado con aluminio, sin posibilidad de poner música, rodeado por los cuatros puntos cardinales de balconeros, gorriones y estorninos, sin que mis ejemplares copiaran de ellos, ni tampoco de los otros voladeros. A veces me llegué a preguntar si la radio no supondría más un placebo psicológico que una medida realmente efectiva; lo verdaderamente cierto es que con los años he visto casos en los que la radio es realmente efectiva y casos en los que es innecesaria y que cada voladero sigue su propia evolución, con independencia de los otros voladeros y de los cantos foráneos).
  • En tercer lugar, dispondremos de tantos voladeros como nidadas con un mínimo de dos machos tengamos. Con independencia de que podamos hacer una subdivisión adicional en el caso de nidadas en las que nos hayan salido cuatro machos (que repartiríamos en dos espacios) o, al contrario, tuviésemos que agrupar en un mismo espacio dos o más nidadas de una misma pareja en las que únicamente nos ha salido un macho en alguna de las nidadas, e incluso tener que agrupar un par de machos de diferentes parejas por proximidad familiar, genética o fenotípica (similitud de predisposición canora teórica en función de sus antecedentes familiares), en supuestos de parejas que nos hayan dado un solo macho. Lo importante no es tanto el tamaño de los voladeros como que los pollos estén distribuidos de la manera indicada. Es más, hoy en día se está imponiendo el uso de jaulas de 60 centímetros, que muchos criadores colocan en estanterías de madera fabricadas al efecto. Si no precisaran de ciertos estímulos sociales para cristalizar un canto adulto, cada canario cantaría de forma diferente, pero como sabemos que esos estímulos sociales son necesarios para la evolución del canto no podemos ubicar menos de dos machos por voladero. Partiendo de esta premisa, los ejemplares de cada voladero cantarán de forma distinta. Colocar todos los pollos en un mismo voladero supone que o bien copien todos del primero que empiece a cantar [repasar], o bien saquen cantos tan distintos entre sí que al querer copiar unos de otros se estropeen o saquen un canto indeterminado. Lo más normal es que todos canten igual, al copiar del ejemplar o ejemplares más adelantado/s, para bien o para mal, excepcionalmente puede ocurrir que algunos canarios saquen su propio canto, independientemente del de sus compañeros de voladero. Es fundamental sexar a los pichones desde un principio, como mínimo antes de que cumplan los dos meses de edad (momento en el que empieza la canción plástica, el repaso propiamente dicho), para evitar voladeros con un único macho; normalmente los machos empiezan a emitir su subcanción antes de cumplir los treinta días[4].

    A pesar de no haberlo mencionado entre las características citadas, se da por sabido que la habitación tiene que tener una temperatura y humedad constantes, o al menos libre de subidas y bajadas bruscas de temperatura y humedad, que pueden ser causa de diferentes estados patológicos altamente perjudiciales para el canto de los pollos. Recomiendo disponer de un termómetro y de un higrómetro; la temperatura será de 20 – 25 º y la humedad de entre el 50 y el 60%. Es recomendable, asimismo, dejar un cubo con agua en la habitación, sobre todo en la época de más calor, si a pesar de esta medida el grado de humedad sigue demasiado bajo podemos utilizar humidificadores.

            Una vez descrita la habitación ideal tenemos que hablar de un elemento tan importante o incluso más. Sin duda alguna habrán adivinado que se trata de la alimentación de los pichones. La alimentación de los canarios de canto tiene que ser rica y equilibrada, hay que tener mucho cuidado sin embargo, puesto que una alimentación excesivamente rica puede hacer que el desarrollo se precipite, lo cual no interesa al criador y a su vez, puede propiciar  estados  de obesidad  totalmente perniciosos para todo el aparato de fonación del canario, al acumular grasas que alteran el buen funcionamiento de los músculos que hacen posible el canto. El uso de piensos sustitutivos de la tradicional alimentación a base de semillas se está imponiendo entre los criadores. En caso de que alimentemos a nuestros canarios con pienso, optaremos en la fase de voladero por las fórmulas de mantenimiento, con menos proteínas que las usadas para la temporada de cría y destete.

            Si seguimos usando semillas, la alimentación que se suele dar a los canarios de canto está compuesta por dos tipos de semillas. Las semillas son el alpiste, como elemento básico de la alimentación de los canarios, y la nabina, como semilla oleaginosa que ejerce, a su vez, una influencia positiva sobre el aparato de fonación. Por recomendación de un amigo, Juez de Roller, introduje en los últimos años que usé semillas en mi criadero la perilla blanca en la mezcla que les daba a mis ejemplares (hasta que cumplían los dos meses de vida les daba mixtura normal) y observé que, lejos de perjudicarles en el canto, mis ejemplares se desarrollaban mejor y tenían una mayor fortaleza y resistencia. La proporción que utilizaba en aquella época era de 4 kilos de alpiste, 1 kilo de nabina y ¼ de kilo de perilla blanca.

Aparte del pienso o de la mezcla de semillas, hasta que terminan la muda les doy una pasta comercial rica en huevo y miel, que complemento con un simbiótico y un producto antipicaje (cuando usaba semillas añadía también espirulina), una vez terminada la muda les doy la pasta una vez a la semana. También les doy frutas y verduras, normalmente brócoli, que les chifla. Por último, nunca les falta un hueso de jibia y un comedero con grit, para garantizar el aporte mineral y la digestión. Advertir que cada criador debe adaptar la dieta de sus canarios a sus propios ejemplares, en función del clima, de las características metabólicas que posean y del espacio donde los tenga (la alimentación adecuada puede variar en función de muchos factores, por eso lo que a un criador le viene bien a otro le puede ir mal: los experimentos en casa y con gaseosa, como se suele decir).

            Como mínimo una vez a la semana pondremos a disposición de nuestros canarios una bañera para facilitarles su propia higiene y, de paso, la muda (suelo añadir un producto antihongos y bacterias en el agua de las mismas, más vale prevenir…). También hay que procurar tener los voladeros limpios y tener los comederos y bebederos de la misma forma, el agua deberá ser cambiada todos los días y los bebederos lavados y desinfectados[5]. Esta, creo, innecesaria observación, la hago puesto que su descuido podría saldarse con la aparición de infecciones en los canarios. Una última advertencia en este sentido, para aquellos que sigan usando semillas, es evitar las semillas sucias, es decir, con polvillo; el polvillo penetra en el aparato respiratorio de los canarios provocando efectos poco deseables. El tema del polvillo en las semillas es uno de los mayores quebraderos de cabeza que tenemos en la actualidad y que nos está llevando a buscar casas comerciales que nos garanticen semillas de calidad, preferiblemente tratadas y envasadas al vacío (¿cuántos de nosotros hemos tenido que inventar excusas tontas para explicar la presencia de polillas en nuestras casas, para desviar la atención sobre su origen en las semillas de nuestros canarios?).

            Para cuidar las voces, además del bebedero con agua, coloco en cada voladero otro más en el que les suministro agua en la que previamente he disuelto pastillas juanolas clásicas de regalíz y eucalipto (5 ó 6 pastillas por litro de agua).

            Sobre los dos meses de edad, el tímido balbuceo que comenzaron nuestros canarios cuando apenas tenían las cuatro semanas de edad, empieza a mostrarse con mayor claridad y es fácil encontrar a los jóvenes machos rivalizando entre sí. El repaso gana en altura, pero todavía habrá que esperar varios meses para averiguar cómo va a ser el canto de nuestros ejemplares, a pesar de que a partir de los dos meses de edad la evolución del repaso parece acelerarse y se creen escuchar giros que el canario va a dar cuando cierre su ciclo evolutivo, la muda hará que la evolución se frene hasta que los pichones acaben su primer cambio de pluma[6].

            En efecto, es frecuente creer que ciertas variaciones del repaso de los pollos, como supuestos giros de transición cloqueados y supuestas aguas, son ya definitivos, pero también es frecuente olvidar que, en condiciones normales, el canario, por lo menos, hasta los seis meses, no alcanza la madurez suficiente que le permite clarificar algunas notas y empezar a mostrarnos como va a ser su voz[7]. Al igual que el ser humano, el canario también cambia su voz y ello se debe al mismo motivo, el desarrollo hormonal de los jóvenes canarios. El repaso es eso, un repaso, el canario emite unos sonidos condicionados por sus instintos y por los factores ambientales que lo rodean, que a medida que pasan los meses van esclareciéndose y mostrando lo que será, permítanme la expresión, su tarjeta de visita, aquello que lo va a diferenciar de los otros canarios. Dos canarios podrán repasar o cantar de la misma forma, atendiendo a los giros que hacen, pero nunca tendrán exactamente el mismo timbre de voz, pueden cantar una misma partitura, pero no interpretarla, ejecutarla, de igual manera.

            El canario en su repaso toma instintivamente como referencia el patrón innato de canto heredado de sus progenitores, pero el resultado final del mismo será el resultado de la conjunción de factores genéticos, morfo-fisiológicos, alimenticios y ambientales.

[1] Defecto tanto en el canto, que estará anotado o penalizado, dependiendo de su gravedad, en la planilla de enjuiciamiento, como defecto o tara física.

[2] Cada criador debe adaptarse al sitio de que dispone.

[3] Cuidado con la luz ya que hay líneas de canto que para desarrollarse adecuadamente requieren de mayor cantidad que otras. En algunas líneas, especialmente las de tonalidades medias, fruto de luz defectuosa son ejemplares de pobre intensidad en su canto y proclives a giros gangosos y nasales. Por contra, en líneas de registro tonal alto, el exceso de luz nos llevará a cantos estridentes. Sea como fuere, durante la muda es conveniente que exista una cierta penumbra, que favorecerá y acortará el proceso de renovación del plumaje.

[4] La experiencia demuestra que un pollo sólo carece normalmente de los estímulos necesarios para desarrollar su canto y o bien adopta un canto infantil, bien cristaliza un canto simplón desestructurado, o trata de copiar de voladeros vecinos con mejor o peor suerte, normalmente esto último.

[5] Actualmente existen en el mercado bebederos para canarios, parecidos a los que se utilizan para los hámster, que garantizan que el agua no pueda ser contaminada, lo que nos permite cambiar el agua cada dos ó tres días. Además, existen productos antihongos y bacterias que nos garantizan la perfecta conservación de agua y la desinfección de los bebederos al mismo tiempo, ideales para cuando tenemos que irnos de viaje y no podemos renovar el agua con la asiduidad debida.

[6] Cuidado con los pollos que a los dos meses emiten en su repaso sonidos claros, casi seguro que los han copiado de algún macho reproductor.

[7] Hay distintos tipos de repaso, en atención a la mayor o menor claridad que presentan para el oído humano, en cuanto a número de posibles giros identificables a plasmar en el futuro canto. Hay repasos que presentan un alto grado de nitidez y otros que es imposible intentar descifrar, así como supuestos intermedios. En principio, cuando en un repaso se pueden identificar la mayoría de los giros con nitidez, es debido a que los ejemplares han copiado de algún canario adulto. En este sentido, hay pollos que han demostrado tener una capacidad de retención verdaderamente asombrosa de los cantos de machos reproductores, oídos solo durante la cría.

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